lunes, 24 de agosto de 2009

ANTOLOGÍA DE POÉTICAS DE ANTOLOGÍA ( VI)

Cuestionario.
1.- ¿Crees que puede hablarse de una nueva poesía española? En tal caso, ¿cuáles crees que son las innovaciones que es capaz de aportar esta poesía? ¿En qué se distingue de los que la precedieron? ¿Camina hacia unos objetivos lo suficientemente claros y determinados? ¿Te sientes identificado con estos objetivos?

2.- ¿Hay en ti una conciencia de generación? ¿Te sientes ligado a algún movimiento poético?

3.- A partir de la llamada generación del 98, ¿cuáles crees que han sido los escritores que más han influido en la poesía española? ¿Cuáles son los que personalmente más te interesan a ti?

4.- Teóricamente, ¿cuál debía ser la función de la poesía en la actual hora española? En la práctica, ¿cuál es la que realmente desempeña? Si hay contradicción, ¿cuáles son las causas que la producen, en tu opinión?

5.- Define tu propia poesía. ¿Estás conforme con tu obra publicada? ¿Hacia qué dirección crees que camina tu poesía?

6.- Algunas observaciones que desees agregar.

Respuestas.
1.- Hablar siempre se puede. Yo no tengo interés en hacerlo.

2.- La hubo. No.

3.- No creo nada. En este momento ninguno.

4.- Bla bla bla, etcétera.

5. No tengo ganas. Hay un poema que me parece horrible. Eso quisiera yo saber.


Jaime Gil de Biedma en Antología de la nueva poesía española, (Editorial Ciencia Nueva, Madrid, 1968).

martes, 18 de agosto de 2009

ANTOLOGÍA DE POÉTICAS DE ANTOLOGÍA ( V )

Poetizar es ante todo un problema de estilo. Un estilo efectivo da carta de naturaleza a cualquier motivo sobre el que se ejercite. La recíproca es una barbaridad; no hay ningún asunto, ninguna idea, ninguna razón de orden superior, ningún sentimiento respetable (quedan poquísimos), ningún catálogo de palabras nobles, ninguna filosofía (aunque esté cargada de futuro) que por el hecho de estar presente en un escrito lo justifique desde el punto de vista del Arte.

Mi auténtica vocación la decidió ni abuela paterna, gran entusiasta de Laura Pinillos y Benito Perojo, acunándome con las tonadillas de La Corte del Faraón. Sentí entonces la llamada de lo sicalíptico; el ser un sentimental se lo debo al toque wagneriano con que gorgorizaba el Amor es gloria, amor es vida de Sorozábal. Leslie Howard con el rubio pelo rizado, violín y pantalones Riviera: de ahí nace siempre un moralista.

Decía Joseph de Maistre que el gran defecto de una mujer es ser un hombre. De la poesía podría decirse que su gran defecto, aunque sea muchas y muchas cosas respetables (o no), es no ser poesía. La poesía debe alimentar la imaginación, interesar a las pasiones y los movimientos del corazón, y dejar en el aire siempre una sugerencia (la frivolidad se nos dará por añadidura).

Rosa Luxemburgo sabía muy que el mejor modo llevar adelante un meeting era colocar cada pancarta en una cornucopia. Algo que los poetas a la moda habrían querido olvidar cuando mi generación(?) entró en funciones: que su razón de ser dependía del uso que hicieran de la lengua. Oponerse al "furioso atrevimiento de los corruptores" será uno de los designios que habrá que reconocernos. En cualquier circunstancia en que el empobrecimiento y mal uso de la Lengua se hubiera producido (no importa en qué altar se la sacrificara) la reacción estaba fatalmente prevista, tanto más si se piensa que los corruptores fueron encargados de trocar en cañas las lanzas que la sociedad no estaba dispuesta a manejar. (¿Llegaron a convencerse de que el futuro dependía de su batalla de flores?). Con su mismo concepto del poder demiúrgico de las artes, la reina Victoria donó, para poner fin a la altísima mortandad en los hospitales de Crimea, un cargamento de teteras de porcelana. (Muchos corruptores, buenos amigos míos, han pasado del cultivo de la Política al de la Erótica, devolviendo la lengua al ejercicio de sus funciones propias y consiguiendo entre ambas vocaciones una brillante síntesis.)

Que la Poesía sea un Tren Expreso llamado a conservar y acrecentar los Fuegos Sagrados de la Lengua, la Frivolidad y la Moralidad en jupons. Pero, en cualquier caso, nadie se extrañe de que la Lírica vaya por los cerros de Úbeda en un país donde el sol sale por Antequera.


Guillermo Carnero en Nueve novísimos poetas españoles, (Barral Editores, Barcelona, 1970).

miércoles, 12 de agosto de 2009

ESCANDALOSO Y DENUNCIABLE

¡ ¡ ¡ ATENCIÓN AL TERCER PÁRRAFO ! ! !

DIFUNDÁMOSLO EN FOROS, BLOGS, GRUPOS, PERFILES Y PERIÓDICOS.

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Título: Palabras de S.M. el Rey en la Academia General Militar

Lugar: Zaragoza

Fecha: 20 de febrero de 2005

Web oficial: http://www.casareal.es/noticias/news/1167-ides-idweb.html

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Siento una gran satisfacción siempre que vuelvo a la Academia, pues aquí fue donde viví los primeros años, los que nunca se olvidan, de mi vocación militar, donde experimenté las primeras impresiones del amor a la patria, del culto al honor del valor del sacrificio y del calor del compañerismo.

En esta ocasión la satisfacción se incrementa por celebrarse hoy el L aniversario del nacimiento de este Centro, cuya creación resolvió en forma definitiva algo que, entonces, constituía un importante problema y que hoy es una espléndida y vital realidad: la unión íntima y estrecha entre todas las armas y los cuerpos del ejército.

Resulta de justicia rendir en este momento tributo al esfuerzo de dos grandes soldados que pasaron ya a la Historia y que fueron los artífices del acontecimiento que festejamos: el general Primo de Rivera, creador de la Academia General Militar, y el Generalísimo Franco, su primer director.

Otra gran alegría para vuestro Rey es comprobar, al veros aquí reunidos, que en la oficialidad del ejército no hay fisuras generacionales ni quiebras espirituales. Que, con las naturales diferencias de edad y de responsabilidad, la misma emoción patriótica nos embarga a todos y el mismo espíritu de servicio anima al general y al cadete.

Las promociones que se suceden cada año se sueldan a las anteriores, formando un solo cuerpo, en cuya homogeneidad juegan un importante papel los recuerdos juveniles del campo de San Gregorio, de las calles de Zaragoza o de las oraciones ante el Pilar.

Ahora que vosotros, cadetes y aspirantes, dais los primeros pasos de una vida militar, que os deseo larga y fructífera, os animo y os exhorto a que aprovechéis bien estos años de formación, de esfuerzo, de estudio y de maduración humana. Sea cual sea el puesto que os corresponda el día de mañana, estoy seguro de que España os va a exigir cada vez más y os reclamará una mayor eficacia.

Estoy convencido de que superaremos estos años de prueba, y también que entre todos seremos capaces de ofrecer a la nación española el ejército que necesita en cada ocasión histórica y que responderá a la heroica y honrosa tradición a la que tenéis obligación de ser fieles.

A quienes, con más o menos años de vida militar, con unos u otros uniformes, os habéis unido a este importante acto, quiero subrayaros que esta unión y este compañerismo logrado en la Academia General Militar debe servir de ejemplo y de guía a la íntima compenetración existente entre las Fuerzas Armadas, y que ha de desarrollarse cada vez en más aspectos humanos y organizativos. Esta nuestra unión es indispensable para lograr la debida fortaleza de nuestros ejércitos.

Que la bandera de la Academia, símbolo de nuestros ideales, nos una y dé fuerzas en esta tarea apasionante de entrega sin reservas al servicio de la patria.

¡Viva España!

http://www.casareal.es/noticias/news/1167-ides-idweb.html

martes, 11 de agosto de 2009

ES LO QUE TIENE, MI AMOR

Como muchos otros seres de inconsciente pensamiento y malhadado sentir, yo (qué quieren que le haga) sufro y vibro con mi equipo de fútbol; pero mi sufrimiento y mi vibrar se multiplican exponencialmente por un curioso hecho de inexplicable naturaleza: soy del Atlético de Madrid.

Sé que somos muchos los que llegado este momento del verano no podemos evitar ilusionarnos y pensar que sí, que este año sí. ¿Por qué? Si no hemos hecho ni un fichaje (vale, dos: Juanito y Asenjo), si por el contrario el eterno rival ha fichado todo lo fichable y lo que le ha salido de los cojones a Florentino y aun algo más, si jugamos igual de mal que el año pasado (¿alguien ha visto los partidos de pretemporada?) y sin centro del campo, si vivimos con la espada de Damocles sobre las cabezas de nuestra dupla atacante, pretendida por media Europa...

Pues muy sencillo, porque la grandeza del club se mide por el nivel de fe que sus aficionados ponemos en las posibilidades de triunfo en cuanto los jugadores saltan al césped. Porque somos una manada de locos ilusos que seguimos creyendo que otro mundo (rojiblanco) es posible. Porque nuestro amor es a prueba de infidelidades (y la verdad es que la novia nos ha salido un poco ligerilla de cascos) y traiciones, que olvidamos rápidamente para alegrarnos con los más inesperados triunfos. Y porque oye, ser del equipo que siempre gana es muy fácil, ¿qué sacrificio es ése?

De momento ayer ganamos el Teresa Herrera. Hace tres días al Liverpool de nuestro añorado (ay) Fernando Torres. Y la semana que viene jugamos la previa de Champions con el Panathinaikos, el equipo más flojo que nos podía tocar, y encima con la vuelta en casa. Así que ¿por qué no?

Ya estamos otra vez dejando volar nuestras ansias de grandeza. ¡Que tiemble Europa! Es lo que tiene, ser del Atleti.

lunes, 10 de agosto de 2009

ANTOLOGÍA DE POÉTICAS DE ANTOLOGÍA ( IV )

Cuatro verbos considero que son la base de mi poesía: leer todo lo que esté al alcance, aprender de los grandes maestros y por supuesto imitarlos, y por último, originar, intentando poner el máximo del subconsciente que es donde reside la verdadera didáctica.

Diego Medina Poveda en Frontera Sur. (Diputación de Málaga, Colección Puerta del Mar, 2007).


Poética del paseo
El caminante hace camino al andar. Por todos los sitios transita. El caminante cuando ve una rueda dice ver también surrealismo. Nunca estuvo en París pero yo lo vi beberse Alcoholes, escribir por los andenes del rumor del Sena y la uva vendimiada a una mendiga de cabellos rojos o a una que pasa y que como aquel poeta desde el Mirabeau acariciar quiso el vacío. Dice el caminante encontrar siempre en París una película distinta. Nunca nada es igual si se ha leído. Las calles son escenas, historias, planos cortos, la Seberg en el espejo o una teta de BB bajo la sábana... El caminante piensa que la poesía es un camino, y que el camino es también poesía. Dice, recordando a Kostro, que quien inventó la rueda fue un poeta. El poeta es un ingeniero de caminos y ficciones, y el caminante al final de la escapada se detiene: el poeta también.

Diego Medina Poveda en Urbana Babel. (Ayto. de Málaga, Colección Monosabio, 2009).

viernes, 7 de agosto de 2009

ANTOLOGÍA DE POÉTICAS DE ANTOLOGÍA ( III )

[...] En mis primeros versos pedía libertad, pan, justicia, enseñanza gratuita y amor libre (yo en mi adolescencia era muy tigre de papel y muy reformista).
Ahora escribo como si fuera idiota, única actitud lúcida que puede permitirse un intelectual sometido a una organización de la cultura precariamente neocapitalista.
La cultura y la lucidez llevan a la subnormalidad.
Aprovecho esta ocasión para pedir una beca estatal por hipersensible.
Este año el Barça ganará la liga. Eugeni Trías conseguirá una alineación característica: Sadurní; Torres, Gallego, Eladio; Rifé, Zabalza; Rexach, Marcial, Bustillo, Fusté y Pujol.
Cuando cambien las cosas entonces cambiaré de creencias estéticas. De momento éstas me han costado mucho de adquirir. Tal vez esté mal decirlo, pero un servidor no le debe nada a nadie y puede caminar con la cabeza muy alta.

P.D.: Creo que la poesía, tal como está organizada la cultura, no sirve de nada. Sospecho que no sirve para nada en ninguna parte. Pero la irregularidad histórica española me obliga a aplazar un juicio universal. Creo que escribir es un ejercicio gratuito que satisface las necesidades de unos 2.000 culturalizados progresistas. De esos 2.000 culturalizados, hay unos 700 u 800 que no están de acuerdo con lo que uno escribe. Otros 500 le conocen a uno con mayor o menor aproximación y no están dispuestos a tomarle en serio. Los 700 restantes son críticos, vecinos y ex compañeros de colegio. Hay que reservar una plaza especial para Gimferrer, que se lo lee todo, y para Castellet, que se lo lee todo para luego hacer antologías. Las antologías sí que se leen. Creo que a partir de ahora sólo escribiré antologías. Olvidaba algo. Creo en la revolución. Con una condición: la libertad de expresión. Otra condición (si no es mucho pedir): que en todas las oposiciones para burócrata revolucionario sean obligatorios ejercicios orales y escritos sobre mi obra en prosa y en verso. Tampoco estaría mal que en los textos de Enseñanza Revolucionaria se utilizaran fragmentos de mis obras como ejemplos estilísticos.
Hay que ayudarnos los unos a los otros.


Manuel Vázquez Montalbán en Nueve novísimos poetas españoles.
(Barral Editores, Barcelona, 1970).

lunes, 3 de agosto de 2009

ANTOLOGÍA DE POÉTICAS DE ANTOLOGÍA ( II )

Hay poetas que nunca me han gustado nada y que, según creo, nunca me han influido, como Unamuno, Jorge Guillén, Vicente Aleixandre (salvo cinco o seis poemas, todos de En un vasto dominio), Luis Cernuda, Gerardo Diego, Luis Rosales, el Dionisio Ridruejo de los sonetos, Carlos Bousoño, Vicente Gaos, Claudio Rodríguez, José Ángel Valente, Carlos Barral, José Manuel Caballero Bonald, Pedro Gimferrer, Guillermo Carnero (también con alguna salvedad), Leopoldo María Panero, José Miguel Ullán, etc.

Hay otros que me gustan -o me han gustado una temporada- y , sin embargo, o han dejado huella en mi poesía. Así Jorge Manrique, Garcilaso de la Vega, Fray Luis de León, Lope de Vega o, en tiempos más cercanos, Miguel Hernández y Nicolás Guillén.

Otros, sin gustarme, o gustándome sólo por algunos versos aislados, me han influido de algún modo. El caso más claro en este sentido es César Vallejo, cuya obra me interesa muchísmo por las geniales intuiciones técnicas que muestra de vez en cuando y, por otro lado, me parece frustrada por la incultura y el compromiso del poeta, que le impidieron llegar a una adeuada teorización de sus atisbos.

Hay, finalmente, otros que me gustan y de los que espero haber recibido alguna influencia: San Juan de la Cruz, Quevedo, Manuel Machado, el Antonio Machado anterior a los Campos de Castilla, el Salinas amoroso, el Alberti de A la pintura y Retornos de lo vivo lejano, Juan Ruiz Peña, rafael Montesinos, el primer José María Valverde, Eladio Cabañero, Rafael Guillén, José María Merino, Antonio Colinas, Vicente Sabido, Jorge Luis Borges, Pablo Neruda, Baudelaire, Pascoli y algunos poetas anglosajones (Wordsworth, Kets, Thomas Hardy, Alice Meynell, Kipling, Frost, Rupert Brooke, etcétera) que conocí a ls quince años en una antología bilingüe publicada por Ediciones Lauro que fue por mucho tiempo mi "libro de cabecera".

Por otra parte, me parece que en mi formación han sido también decisivos Fernando de Rojas, Santo Tomás Moro, Shakespeare, Cervantes, Flaubert Chesterton, el primer Valle-Inclán, Azorín, Saint-Exupéry, Papini, Alfonso Reyes, el Borges prosista, E.R. Curtius, María Rosa Lida de Malkiel, Mateo Marangoni, Eugéne Ionesco, Hergé, la pintura, la música, Galicia, mi familia, la Universidad de Navarra y mi condición de alpinista.

No sé muy bien a qué tradición pertenezco. Me considero un poeta poco original -al menos en el sentido vigente de ese término-, intimista, "arraigado", elegíaco, especialmente propenso al recuerdo y a la compenetración con la naturaleza, no muy imaginativo, más emocional que sensorial y conceptual, de sentimientos suaves, de "poco fondo" y ahora dueño de una excelente técnica, que dedico principalmente a disimular la técnica en todos mis poemas, movido por un impulso que siempre me ha llevado a buscar la sencillez en todos los órdenes de la vida. En suma, creo que mi destino es ser un buen poeta menor, del que la posteridad -Borges dixit- sabrá que una tarde oyó el ruiseñor, o algo así. Nada más, pero nada menos.


Miguel D´Ors en Las voces y los ecos
(Ediciones Júcar, Madrid, 1980)

sábado, 1 de agosto de 2009

FORMAS DE DAÑO VERBAL

A lo largo de toda mi vida, y desde muy pequeño, he tenido que soportar expresiones cuya intención más o menos velada era coaccionar mi comportamiento, despertar mis remordimientos más culpables o (sencillamente) destruir el creciente anhelo de afecto que estaba desarrollando. La crueldad extrema que tales formas del decir llevan implícitas no ha sido calibrada en su justa medida por el populacho, que continúa utilizándolas aparentemente ignorantes de sus frustrantes consecuencias.

La primera perla verbal del repertorio estoy seguro de haberla padecido, si bien a tan temprana edad que no soy capaz de acordarme; pero podría certificarlo, tan de uso común es. Consiste en una suerte de chantaje emocional que los adultos utilizan con los críos, "Pues ya no te quiero", cuando éstos se muestran ariscos, mohínos, reacios a besarles o hacer cualquier monería, como si los nenes estuvieran excluídos de ese derecho universal que es el cabreo. La expresión en sí tiene su miga. El "ya no te quiero" implica de entrada la pérdida de algo que, de la actitud del chantajista adulto se desprende, es un bien preciado para el niño. Las consecuencias que esa pérdida emocional en alguien de tan corta experiencia en las relaciones sociales pueda ocasionar son imprevisibles a todo plazo. Se puede producir un desequilibrio afectivo que, en el futuro, lleve al niño a ceder ante cualquier demanda propuesta por todo individuo que tenga algo que aquel piense que puede perder de negarse. Con todo, es muy probable que quienes utilizan esta frase no se hayan parado a pensar lo siguiente: ¿Y si al tierno infante se le da una higa que usted le quiera o no?

Más adelante, cuando comenzamos a ser animales sociales, a relacionarnos en grupo y a establecer vínculos de estrecha amistad (con una ligereza pasmosa, en algunas ocasiones), nuestros pícaros compañeros se valen de una artimaña nada sutil y harto feroz: "Ya no te junto". Primera forma de exclusión que algunos llevarán como estigma reiterado a lo largo y estrecho de sus existencias. Piensen, ¿acaso hay algo más cruel que un niño para con otro niño? En épocas donde el miedo aún no coarta conductas, porque la batalla (dialéctica o no) se produce de igual a igual, los mecanismos de ofensa se desatan en un ciclón interminable de insultos, agresiones de variada índole y en muchas circunstancias de inteligentísma composición, de descaro y genialidad a partes iguales. Empero, el desamigado o desjuntado sufrirá un profundo desengaño, pues no hay razón aparente para lo sucedido. Sí, puede ser, para el enfado y el berrinche, pero el extremo de no juntarle a uno, ¿a qué se debe? ¿Huelo mal? ¿Tan cutre soy que avergüenzo a los ajenos? ¿Qué clase de inmundo ser soy que ni los zarrapastrosos de mis amigos consienten mi compañía?

Acabada la vida académica y superada la traumática fase de la infancia, al insertarnos en la procelosa y desagradecida etapa laboral, el mundo del trabajo que se nos abre engañosmente para dejarnos fuera con la frase lastimosa "No da usted el perfil" o su variante "No reúne las condiciones" (ambas de idéntico significado: "No habrías pensado que con esa mierda de currículum íbamos a quererte aquí") nos golpea de continuo erosionando un espíritu mermado por la costumbre (¿acaso no han leído arriba?) y una autoestima que aún no ha sido capaz de acostumbrarse al repetido empuje de la malignidad ajena, por más esfuerzos que uno hace por evitarla.

Y no me negarán que donde más esfuerzos hace uno por cambiar, por mejorar y adecuarse a aquello que se nos pide (aunque nos neguemos y nos repugne el reconocerlo) y -sobre todo- por intentar que los sostenidos desastres no nos derrumben el ánimo, es en la vida sentimental y de pareja.Aquí aparece la estrella del discurso, la expresión que al mismo tiempo no quiere decir nada y encierra todo un universo de sensaciones, comportamientos, preguntas sin respuesta: como tituló una comedia argentina, "No sos vos, soy yo", o "No es por ti, es culpa mía". Ese falso descargo de conciencia nos ha maltratado y perseguido con inquebrantable insitencia desde siempre. Porque, por supuesto, nadie se cree que no siendo culpa de uno (toda la vida nos han intentado hacer sentir culpables de algo) se acabe lo único en lo que, aparentemente, lo estábamos haciendo bien. Entonces nuestra mente, educada en el remordimiento y la culpa, comienza de modo enfermizo a repasar cada instante, cada movimiento, cada palabra dicha, cada detalle de lo acontecido. Infructuosa nuestra búsqueda en alargadas noches de insomnio y música que nunca admitiríamos haber escuchado, llegamos a la conclusión de que ese instante, movimiento, palabra o detalle se nos ha escapado, no somos capaces de asirlo, por lo que el misterio queda irresuelto, y crece aún más la incertidumbre, la duda, lo inexplicable del malestar traumático que desde el principio del asunto nos acompaña, con título de peli ochentera, "¿qué he hecho yo?".

Por todos lados acechan en el comportamiento (no es culpa del lenguaje) dardos envenenados a veces con el curare involuntario pero igualmente injusto de las palabras mal escogidas. Con intención o sin ella, el daño está hecho. Somos precarios inestables emocionales por derecho ajeno. Lo cual, no es sino otra forma de despeje y chantaje, de elusión de responsabilidad.